sábado, 6 de octubre de 2012
Claudio Katz analiza la coyuntura previa a la elección presidencial venezolana
viernes, 5 de octubre de 2012
* El desafío es ganar y radicalizar el proceso
Mario Hernandez (especial .info)
Mario Hernandez (MH): Esta conversación va a servir para distender un momento fuerte que hemos tenido en el programa por culpa de estos represores (prefectos y gendarmes) que ahora dicen que son trabajadores. Tenía la intención de consultarte sobre el tema pero prefiero que nos dediquemos al evento que vamos a vivir el próximo domingo.
La mayoría de los analistas que he entrevistado coinciden en su importancia y me interesaba particularmente tu opinión porque hace un mes estuviste en Venezuela recibiendo un premio por tu último libro, Bajo el imperio del capital, una mención honorífica del Premio Libertador Simón Bolívar al Pensamiento Crítico 2011.
Me gustaría que compartieras con nuestros oyentes tu visión de la situación venezolana, cómo fue la campaña, cómo ves los resultados que nos tienen muy ansiosos a todos los que nos identificamos con el campo de las luchas populares y por el socialismo.
Claudio Katz (CK): Efectivamente, todos estamos ansiosos y ni te cuento en Caracas donde se vive un clima muy intenso porque cada elección es una gran batalla política y ésta reitera ese clima.
La derecha está enrareciendo mucho el contexto. Eso lo vi muy claramente, creando un clima para desconocer resultados, hablar de fraude si llegan a perder por una cantidad de puntos que le permita hacer una campaña para invalidar el comicio, por eso difunden encuestas de todo tipo creando un clima de crispación. Uno no se puede imaginar lo que son los medios de comunicación de la derecha venezolana. El incendio de una refinería es convertido en un acto de irresponsabilidad gubernamental, inventan versiones de matanzas de indígenas, etc. Por eso en el campo bolivariano hay tanta conciencia de la necesidad de ganar fuerte.
La novedad para mí fue el involucramiento personal de Chávez en la campaña. Incluso no concurrió al otorgamiento del premio al Pensamiento Crítico como lo ha hecho siempre. Estaba recorriendo el país. Hay algo mágico con su enfermedad que nadie puede explicar cómo es que recuperó su estado físico, lo que ha reanimado la campaña con su propia actividad, con un discurso muy militante y, sobre todo, con un hecho que para cualquier extranjero que se identifica con la izquierda llama la atención y que es la simbología socialista que está presente en Venezuela.
Tanto en el discurso de Chávez como en la propaganda hay una crítica al capitalismo, un cuestionamiento a la burguesía y una convocatoria al socialismo. Los términos capitalismo, burguesía y socialismo son de uso cotidiano y alguno podría decir que es retórica, que entre esto y su aplicación hay una distancia, pero sin lugar a dudas hay una recuperación simbólica, una presencia de valores colectivistas y anticapitalistas que despiertan sorpresa y simpatía a cualquier militante popular.
Me parece que la campaña está basada en un hecho real y es que ya llevamos más de una década de mejoras sociales muy palpables. No es espuma, es realidad. Esto es tan visible que a diferencia de otros candidatos del pasado, Capriles, ha buscado adecuarse diciendo que van a seguir las misiones, la ayuda social, aunque cundo uno lee su programa se da cuenta que piensa hacer todo lo contrario. Tiene toda la intención de retornar al neoliberalismo pero el clima de logros es tan importante que se adaptó porque es un hecho que los recursos petroleros han sido utilizados como instrumento de redistribución del ingreso. Bajó la pobreza, la indigencia, la desigualdad, hay agua potable, educación, salud, son hechos que se ven.
Dicho todo esto también es cierto que hay problemas importantes en el proceso bolivariano. Conversando con gente que lo acompaña activamente me decía que acá el desafío es ganar y radicalizar. No ganar solamente. Son 2 tareas. No lograr solo un triunfo electoral, ya se lograron muchos y hay que ratificarlos, pero el tema es ¿para qué? O el proceso empieza a radicalizarse o va a entrar en una meseta y se va a congelar. Ya hay una sensación de fastidio en sectores muy importantes porque hay muchos problemas que no se resuelven.
MH: ¿Por ejemplo?
CK: La ineficiencia es mayúscula. El Estado ha recuperado un papel muy predominante en la economía, en la vida social, pero el manejo, la gestión estatal deja mucho que desear. Hay un problema de corrupción efectivo, con nombre y apellido de la boliburguesía, de los grupos que se han montado sobre el proyecto y se están enriqueciendo. Hay un problema de delitos real, de inseguridad y hay otro más estructural: no se logró la reconversión productiva.
MH: Se sigue dependiendo del petróleo.
CK: Absolutamente. Para mí el gran éxito del chavismo ha sido utilizar los recursos petroleros para el pueblo porque antes se los usaba a favor del grupo dominante.
MH: O para importar whisky.
CK: O para ir a Miami. Ahora se los están usando para las prioridades populares pero la estructura económica sigue siendo de un rentismo muy improductivo.
MH: Quiero aprovechar tu condición de economista para que me ayudes a salir de una confusión. He hecho varias entrevistas sobre el proceso bolivariano a lo largo de estos años y en una de las últimas Modesto Emilio Guerrero me hablaba prácticamente de la desaparición de la burguesía, salvo en la actividad financiera y comercial, sobre todo en la actividad productiva y en las grandes empresas. El martes pasado conversando con Renán Vega Cantor sostenía que la burguesía seguía siendo hegemónica en la economía venezolana. ¿Me podés aclarar este tema?
El recurso petrolero lo maneja el Estado, no la burguesía
CK: Hay que tener cuidado y ubicarse que estamos hablando de Venezuela, de un país rentista petrolero. En un país que vive del petróleo la burguesía no es la clásica de un país donde ese grupo social detenta los medios de producción y ejerce el poder a través de las fábricas y las tierras. Los recursos centrales de Venezuela los maneja el Estado, no la burguesía. Lo mismo pasa en Arabia Saudita. Hay que ubicarse que estamos hablando de un tipo de países que tienen un recurso muy especial que lo monopoliza el Estado, entonces el dueño del producto económico real es el Estado que maneja el petróleo. El problema es cómo se lo usa.
Históricamente en Venezuela el petróleo se usó para subvencionar y alimentar a una burguesía de un nivel de parasitismo inimaginable. Esos sectores no han desaparecido, están presentes, te diría que hay una especie de reconversión de sectores burgueses pero el proyecto bolivariano ha avanzado mucho en nacionalizaciones no solo de la estructura petrolera sino también servicios, otras actividades productivas, etc. Para mí el punto crítico no está en cuanta burguesía hay sino cómo se maneja la estructura del Estado. Cuando vos tenés un país que el recurso lo tiene el Estado, el problema es qué hace con esa plata y cómo se gestiona porque se puede enriquecer nueva gente, que es lo que ocurre con un sector importante de la boliburguesía o se puede consolidar también una vieja burocracia que dilapide los recursos. Venezuela es un país de una larga tradición cultural rentista justamente por el mal de la abundancia, por el beneficio del petróleo y esa estructura rentista genera un nivel de improductividad que es espantoso. Te voy a dar el ejemplo más terrorífico: Venezuela importa el 70% de los alimentos.
MH: Eso no se ha modificado.
CK: Lo que comés es importado. El caos del transporte producto de que todo el mundo tiene un auto porque comprar un litro de nafta es más barato que una gaseosa. Todo eso puede parecer muy beneficioso pero genera una estructura que no permite el desarrollo de la productividad. Hay muchos proyectos de emprendimientos productivos, cooperativas de gestión obrera, de manejo popular y se ha experimentado bastante, pero en el mejor de los casos estamos en el debut o a mitad de camino.
Estos problemas conducen a cierta apatía a un sector de la población que acompaña el proceso y el peligro está en que se traduzca en un acompañamiento pasivo.
Todo el mundo insiste en que se va a ganar, el tema es con qué espíritu y por cuánto. Eso va a definir qué va a ocurrir después.
No cabe ninguna duda que para los latinoamericanos lo que ocurra en Venezuela será determinante para el futuro de la región. Me parece que hay una increíble ceguera por parte de alguna gente de izquierda que no se da cuenta que gane o no Chávez determina los próximos años para toda América Latina.
MH: Esa es la irresponsabilidad política que llevó ayer a apoyar a la gendarmería y haber sido recibido al grito “andate zurda de mierda, nosotros no somos piqueteros”, me estoy refiriendo a Vilma Ripoll, dirigente del MST en Proyecto Sur.
CK: Siempre nos retrotraemos a problemas domésticos, pero me interesa resaltar el este significado internacional por el cual no se trata solo de analizar. Hay que tomar posición. No basta describir el hecho. Creo que una caída de Chávez tendría el mismo efecto que la derrota electoral del sandinismo en 1990. Después padecimos el neoliberalismo.
Si Chávez es derrotado, Cuba dejaría de tener abastecimiento petrolero barato, el proyecto del ALBA se disolvería y EE. UU. tendría abierto el camino para la contraofensiva en la región. Hay que tomar conciencia de este dato para apostar a un triunfo de Chávez y a una posterior radicalización del proceso.
MH: Aprovecho una vez más para felicitarte por el premio. Estuvimos haciendo votos con Renán Vega Cantor para que después de 3 menciones honoríficas la próxima vez te den el premio mayor. Lástima que faltó Chávez a la cita.
CK: Será la próxima vez.
MH: Seguramente habrá revancha.
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